Como ya experimentaría Miguel de Unamuno a principios del siglo XX, la paz y la tranquilidad son los principales compañeros de viaje durante una estancia en Fuerteventura. Famosa por sus quesos denominación de origen y sus más de 150 kilómetros de playas de arena blanca y aguas turquesas, Fuerteventura se presenta ante el visitante como el destino ideal para la realización de eventos de incentivo en los que disfrutar de la isla desde un prisma único.
Playa de Sotavento, Jandía →
Esta isla volcánica fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2009 gracias a su flora y fauna endémicas, su insólito paisaje marino y sus prácticas de turismo sostenible.
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Arena, mar, gastronomía y clima se unen para ofrecer al visitante cualquier tipo de actividad al aire libre en cualquier época del año: pasear por playas vírgenes, degustar un pescado fresco de la zona, montar en camello, hacer windsurf y un largo etcétera.
Playa de Giniginamar →
